¿Cómo es el interior de un planeta helado? Tanto Urano como
Neptuno se consideran gigantes gaseosos bajo cuya superficie hay un manto
congelado sobre un núcleo rocoso. Esta configuración, que es bastante común en
los planetas gaseosos más alejados de la estrella a la que orbitan, les
proporciona una serie de características especiales. Propiedades que les
permiten jugar con las leyes químicas de las que hablábamos para formar
sustancias que deberían no existir. Así lo han comprobado los químicos del MIPT
y el Skolkovo Institute of Science and Technology. Gracias al algoritmo químico
universal más potente que conocemos, el USPEX (de Universal Structure
Predictor: Evolutionary Xtallography), estos investigadores han cogido los
datos que tenemos sobre estos planetas y han "cocinado" virtualmente
los átomos que se encuentran en su interior para comprobar en qué estado se
encontrarían.
El resultado indica que el interior de Urano y Neptuno, debido a las altas presiones y a su composición química, podría albergar numerosas de las sustancias prohibidas que comentábamos. Hablamos de 4 millones de atmósferas en una composición rica en oxígeno, carbono, hidrógeno y otros elementos como el nitrógeno. En comparación, la presión más alta que se da de forma natural, en nuestro planeta, es de poco más de cien atmósferas. La simulación, aunque no es una detección propiamente dicha, nos permite conocer a partir de datos reales qué podríamos encontrarnos dentro de estos planetas. De esta manera, podemos aprender más sobre la formación y dinámica de nuestros vecinos solares, lo que nos da nuevas pistas sobre la naturaleza del universo que nos rodea.
El resultado indica que el interior de Urano y Neptuno, debido a las altas presiones y a su composición química, podría albergar numerosas de las sustancias prohibidas que comentábamos. Hablamos de 4 millones de atmósferas en una composición rica en oxígeno, carbono, hidrógeno y otros elementos como el nitrógeno. En comparación, la presión más alta que se da de forma natural, en nuestro planeta, es de poco más de cien atmósferas. La simulación, aunque no es una detección propiamente dicha, nos permite conocer a partir de datos reales qué podríamos encontrarnos dentro de estos planetas. De esta manera, podemos aprender más sobre la formación y dinámica de nuestros vecinos solares, lo que nos da nuevas pistas sobre la naturaleza del universo que nos rodea.
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